lundi, avril 14, 2008

Adiós, Momito



El sábado 29 de Marzo de este año llevé a mi perrito al veterinario porque necesitaba un collar antiparásitos nuevo, me equivoqué de veterinario y después de evitar que se bebiera el agua del perro del veterinario y se comiera a un gato, me lo tuve que llevar al otro veterinario, al bueno, esto es, el que no se asusta cuando tiene que coger a un pastor alemán para pesarlo, etc

Esa mañana estaba la hierba húmeda y estuvimos secando a mi perro, que estaba mojado. Mientras le secábamos la tripa, vi (¿por qué tuve que ser yo?) un bulto del tamaño de una pelota de ping pong.

Una vez en el veterinario bueno, había cola. Otros cuatro perros, entre ellos uno que podía bien pesar 55 o 60 kgs. Pues bien, ni eso frenó a mi perro, que intentó incarle los dientes en el lomo. Cuando intenté evitarlo, mi perro se cayó al suelo con las patitas de atrás totalmente separadas. Pobre animal. En ese momento entró mi madre, que preguntó a la recepcionista si podía verle el bulto y en fin, hacerle una radiografía y ver qué tal tenía las patitas de atrás, las caderas, etc. La displasia maldita.

La recepcionista, con la frialdad típica de aquellas personas acostumbradas a ver un poco de todo, le estaba diciendo a mi madre que con la edad que tiene mi perro hay riesgo de que no supere una simple anestesia, mucho menos una operación. Que teníamos que tener bien claro qué queríamos hacer con el perro antes de llevarle allí otro día y tal y cual. Yo estaba escuchando aquello mientras intentaba que mi perro se incorporase, porque no podía hacerlo por sí solo. Ahí me derrumbé y monté el numerito que hubiese querido evitar. Cuando salimos al parque, yo entre sollozos decía lo que quería creerme, que no está tan mal, que es que está viejo, que hay que ayudarle un poco más y ya está. El perro no podía subir cuatro escalones.



En fin, de salir a comprar un collar antiparásitos a hacerte a la idea, en dos dias, de que tu mejor amigo se va. El rey de la casa. El lunes 31 de Marzo empezó el drama familiar. No llegó a los 13 años.

Un par de apuntes: ¿por qué todo el mundo se empeña en decirte lo viejo que está tu perro, que le ocurre esto o lo otro, que cojea o que tiene carita de cansado? y otra cosa: ¿por qué tenemos tanto poder sobre ellos? ¿por qué le queremos todos mucho y así y todo somos nosotros los que decidimos cuándo y cómo llevarlo a ese horrible lugar? ¿por qué no pueden hablar y decirte algo? ¿por qué duran menos que nosotros?

A los que lo conocisteis y quisisteis, todos nosotros estamos aún intentando convencernos de que era lo mejor bla bla. Bullshit.

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