
Anoche estuve con un amigo tomando algo, estaba un pelín cansada y creo que incubando algún resfriado, con lo que no quería que la noche se alargara mucho. Pero en fín, era una de esas noches en las que tienes una conversación realmente interesante que se alarga durante horas. Y es que no hay nada como una buena conversación. Hablamos de muchas cosas, pero la que me ha dejado pensando es la del tema del desnudo.
Todo empezó porque le conté lo cómoda que estuve este verano en la playa nudista sin nada de ropa, lo a gusto que te bañas desnudo y la molestia de tener que vestirte (con esa caló) una vez que sales de la playa (¿no es absurdo?). Me acordé de lo extraño que me pareció que aquel chico tuviese el bañador puesto en medio de un montón de gente completamente desnuda. Un matrimonio con hijo e hija todos desnudos, sin ningún tipo de problema. Unos amigos y amigas sentados y hablando sin pudor ni fijaciones. Y la paranoia que me entraba de pensar que alguien conocido me viese.
¿Por qué?
Empezamos hablando de los requisitos de tenía que haber para que a nadie le importase andar desnudo; imaginamos un mundo en el futuro, en el que nadie absolutamente hubiera visto nunca a nadie vestido, pero pensamos que eso era mucha utopía, ya que llevaría muchas generaciones y sería difícil que nadie tuviese alguna revista o DVD a modo de reliquia de tiempos pasados en los que hubiera alguien vestido. En fin, muy difícil, y ¿qué ocurre en invierno? hace frío, hay que ponerse algo encima, con lo que al final te acabarías cubriendo de igual modo (y ya empezaría otra vez el rollo de las marcas, lo ajustado, los escotes....).
Entonces yo pensé, imagínate que cuando llega el verano y empieza el calor con mayúsculas, nos empezásemos a desnudar de modo natural, parecido (aunque a otro nivel) a lo que hacemos ahora (una minifalda, un mini-top ya no causan tanto estrago como hace medio siglo). Conclusión: llegará un momento en el que nos acostumbraremos a ver más desnudo sin ponernos cardíacos. Con el calor, nos iríamos a una terracita y nos quitaríamos la ropa completamente sin importarnos el qué dirán. Luego llegaría el invierno y nos pondríamos ropa igualmente, para cubrirnos del frío.
Como habríamos estado tanto tiempo al desnudo, ya no tendríamos esa fijación especial con la ropa que llevase la gente una vez llegase el frío.
Si esto ocurriese, el ejecutivo dejaría automáticamente de mostrar la imagen que hoy en día refleja con un traje, no nos desagradarían tanto los cuerpos feos y no tendriamos manera de averiguar de qué va la gente, ya que la señal número uno -ropa- carecería de la importancia vanal que hoy por hoy tiene. También supongo que el tema de la atracción caería hasta ponerse en términos normales ya que el tabú del desnudo habría desaparecido. Seguiríamos teniendo atracción por personas, pero ésta no nos traicionaría, de igual manera que en las playas nudistas hoy día. Tendríamos que guiarnos por otras señales para saber cómo es la gente: tendríamos que escuchar, observar gestos, conocer mejor a las personas para saber juzgarlas, con lo que mucho del problema actual de la sociedad desaparecería.
Sin embargo, no todo es tan bonito ya que empezaríamos a utilizar otros medios para mostrarnos de tal o cual modo. De hecho ya lo hacemos: ¿acaso en una conversación telefónica o escrita no fingimos a menudo y tratamos de mostrarnos de mil modos según la persona o situación? Bien, la ropa ya no nos ampara, pero ¿y qué decis del tono de voz y muchas otras señales que emitimos de lenguaje corporal? estas no podrían desaparecer de ningún modo, es más, ¡serían mucho más claras!.
Conclusión: sin duda y sobre todo cuando hace calor, es mucho más cómodo ir sin ropa, pero no deberíamos pensar que los prejuicios morales y sociales desaparecerían con ello, en contra de lo que algún día yo misma pensé. Todavía nos queda mucho camino por recorrer.
Y, hablando de todo un poco, ¿no pensáis, como yo, que es tan tan TAN difícil deshacernos de estos prejuicios que quizás sea imposible? Bueno, ahí os dejo tema para meditar....
1 commentaire:
Pues puede que si, pero a mi se me ocurren por lo menos tres razones para por lo menos llevar algo de ropita en verano:
1- Los hierros se calientan (y te quemas la nalga si te apoyas en uno; tambien los plasticos, etc),
2- A lo mejor este problema solo lo tengo yo, pero la carne de las piernas (y demas) se pega a las sillas de plastico de las terrazas de verano, y
3- Por ultimo pero no por ello menos importante, las zonas "especiales" de los hombres son MUY sensibles y se danyan facilmente por la exposicion prolongada al sol.
Por lo demas todo deacuerdo, aunque conozco a gente que pensaria en lo de desprenderse de ropajes, pero para soltar las joyas tendrian que cortarles el orejas, dedos y cuello...
Enregistrer un commentaire